Antonio: su guía

Antonio
Antonio: su guía

Gastronomía

Comida española excelente
37 yerel halk öneriyor
El Gallinero de Sandra
2 C. Esperanza Elena Caro
37 yerel halk öneriyor
Comida española excelente
107 yerel halk öneriyor
Mariatrifulca
1 Pl. del Altozano
107 yerel halk öneriyor
Restaurante La Terraza Del Cristina
69 C. Betis
69 yerel halk öneriyor
28 yerel halk öneriyor
Seis
7 Pl. Nueva
28 yerel halk öneriyor
56 yerel halk öneriyor
Casa Manolo León
8 C/ Guadalquivir
56 yerel halk öneriyor
30 yerel halk öneriyor
Lola Cacerola
36 C. Castilla
30 yerel halk öneriyor
6 yerel halk öneriyor
Cotidiano
2 C. López de Arenas
6 yerel halk öneriyor
193 yerel halk öneriyor
Lonja Del Barranco
s/n C. Arjona
193 yerel halk öneriyor
37 yerel halk öneriyor
El Gallinero de Sandra
2 C. Esperanza Elena Caro
37 yerel halk öneriyor
47 yerel halk öneriyor
Cañabota
5 C. Orfila
47 yerel halk öneriyor
28 yerel halk öneriyor
Lobo López
15 C. Rosario
28 yerel halk öneriyor
9 yerel halk öneriyor
Palo Cortao
4 C. Mercedes de Velilla
9 yerel halk öneriyor

Barrios

Triana es el barrio más emblemático de Sevilla, con un mercado muy animado junto al puente en arco de Isabel II. En los puestos y pequeños establecimientos que hay en su interior se sirve salmorejo, croquetas y otras tapas. En la calle Betis, al lado del río, se pueden encontrar más restaurantes, además de bares y tablaos flamencos. Alrededor del museo Centro Cerámica Triana abundan las tiendas que ofrecen este tipo de artesanía.
307 yerel halk öneriyor
Triana
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Triana es el barrio más emblemático de Sevilla, con un mercado muy animado junto al puente en arco de Isabel II. En los puestos y pequeños establecimientos que hay en su interior se sirve salmorejo, croquetas y otras tapas. En la calle Betis, al lado del río, se pueden encontrar más restaurantes, además de bares y tablaos flamencos. Alrededor del museo Centro Cerámica Triana abundan las tiendas que ofrecen este tipo de artesanía.
478 yerel halk öneriyor
Santa Cruz, Seville
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Lugares emblemáticos

Giralda es el nombre que recibe la torre campanario de la catedral de Santa María de la Sede de la ciudad de Sevilla, en Andalucía (España). La parte inferior de la torre corresponde al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que la parte superior es una construcción sobrepuesta en el siglo XVI, en época cristiana, para albergar las campanas. En su cúspide se halla la estatua de bronce que representa el Triunfo de la Fe y que tiene función de veleta, el Giraldillo.
412 yerel halk öneriyor
La Giralda
s/n Av. de la Constitución
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Giralda es el nombre que recibe la torre campanario de la catedral de Santa María de la Sede de la ciudad de Sevilla, en Andalucía (España). La parte inferior de la torre corresponde al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que la parte superior es una construcción sobrepuesta en el siglo XVI, en época cristiana, para albergar las campanas. En su cúspide se halla la estatua de bronce que representa el Triunfo de la Fe y que tiene función de veleta, el Giraldillo.
Es una torre albarrana situada en el margen izquierdo del rio-guadalquivir, en la ciudad de Sevilla, junto a la plaza de toros de la Real Maestranza. Su altura es de 36 metros. Cerraba el paso al Arenal mediante un tramo de muralla que la unía con la Torre de la Plata, que formaba parte de las murallas de Sevilla que defendían el Alcázar. Es una torre formada por tres cuerpos, El primer cuerpo, dodecagonal, fue construido entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà.  Parece que debe su nombre "Torre del Oro" a los reflejos dorados que producían los azulejos que la recubrían en su tiempo. El segundo cuerpo, también dodecagonal, fue mandado construir por Pedro I el cruel en el siglo XIV. El cuerpo superior, cilíndrico y rematado en cúpula, fue construido en 1760 por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1931
299 yerel halk öneriyor
Altın Kule
s/n Paseo de Cristóbal Colón
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Es una torre albarrana situada en el margen izquierdo del rio-guadalquivir, en la ciudad de Sevilla, junto a la plaza de toros de la Real Maestranza. Su altura es de 36 metros. Cerraba el paso al Arenal mediante un tramo de muralla que la unía con la Torre de la Plata, que formaba parte de las murallas de Sevilla que defendían el Alcázar. Es una torre formada por tres cuerpos, El primer cuerpo, dodecagonal, fue construido entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà.  Parece que debe su nombre "Torre del Oro" a los reflejos dorados que producían los azulejos que la recubrían en su tiempo. El segundo cuerpo, también dodecagonal, fue mandado construir por Pedro I el cruel en el siglo XIV. El cuerpo superior, cilíndrico y rematado en cúpula, fue construido en 1760 por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1931
El conjunto del Real Alcázar de Sevilla tiene su origen en la evolución que la antigua Hispalis romana, la Spali de tiempo de los godos, experimentó durante la Alta Edad Media, cuando la ciudad pasó a denominarse Ixbilia. Y más concretamente a comienzos del siglo X, en el momento en que el Califa de Córdoba Abderrahmán III an-Násir ordenó, en el 913, el levantamiento de un nuevo recinto de gobierno, la Dar al-Imara, en el flanco meridional de la ciudad, según los testimonios más fidedignos. Antes la sede del poder omeya de al-Andalus estuvo dentro del espacio de la ciudad bajo-imperial romana, no lejos de la mezquita aljama hispalense, localizada en la actual Colegiata del Salvador. El espacio de poder más característico de Sevilla se encontró ya ligado al puerto de la ciudad, la sede más relevante de su actividad económica. El antiguo puerto de la ciudad, en los terrenos de la actual Plaza del Triunfo, la Explanada de los Banu Jaldún se llamaba entonces, fue desplazándose en dirección oeste hasta el curso principal del Guadalquivir, mientras el brazo secundario que discurría desde la actual Alameda de Hércules, atravesando por la calle Tetuán hasta la Plaza Nueva, desaparecía como vía fluvial del espacio urbano. Menos en los momentos en que las crecidas le devolvían su espacio. Al palacio de gobierno Omeya del siglo X se añadiría posteriormente el Alcázar Nuevo de los abbadíes, los gobernantes de Sevilla y su entorno durante el siglo X. Este Palacio de al-Mubarak, el Bendito, fue ya el centro de la vida oficial y literaria de la ciudad, con los poetas, como el soberano al-Mutamid, que sentaron las bases de otras actividades humanas, y sus leyendas que forman hoy parte de la historia de Sevilla. Posteriormente los almorávides cerrarían el espacio de gobierno extendiéndolo hasta el Guadalquivir. Los almohades, en el siglo XII, completarían las obras de época árabe con otras edificaciones de las que todavía nos quedan restos que constituyen una muestra única en el mundo. La Casa de la Contratación por ejemplo. La conquista castellana del territorio en 1248-49 dotó al Real Alcázar de la condición que permanece hasta nuestros días: sede de la Corona y ámbito del poder municipal de la ciudad. Se levantaron entonces, sobre las bases anteriores, en una integración histórica de culturas que forma parte de la misma esencia de Sevilla, palacios como el Gótico, en el que Alfonso X plasma las concepciones del nuevo marco cultural en el que se ha integrado la ciudad. El Palacio Mudéjar de Pedro I, a mitad del siglo XIV, hace aparecer de nuevo antiguas concepciones mediterráneas en versión árabe, cuando al-Andalus ya era una entidad dominada por la Corona de Castilla A este marco arquitectónico tienen que añadirse los elementos que dan vida al Real Alcázar de Sevilla en cada momento: los nuevos usos de los espacios, los jardines, el agua que aparece por todos los rincones, en una especie de compensación al Guadalquivir al que se le fue quitando el espacio. Y los colectivos y personas que le dieron vida a edificios y construcciones en cada momento y que poblaron el aire que todavía sigue fluyendo desde la Puerta del León a la de la Alcoba, sobre el arroyo Tagarete, oculto hoy en el paisaje que vio nacer el actual Real Alcázar hace once siglos. Desde comienzos de la Edad Moderna, la constante vinculación del Alcázar sevillano con la corona de España se constata en continuas transformaciones del edificio que intentaron acomodar su interior al gusto de los nuevos tiempos. Así, se reformó el piso alto del Patio de las Doncellas, que adquirió una fisonomía renacentista de gusto italiano. También se renovaron sus yeserías y se modificaron los arcos de la galería inferior. Igualmente, se construyeron a lo largo del siglo XVI espléndidos artesonados que aún mantenían la estética mudéjar y que no traicionan al primigenio espíritu del edificio; entre estos artesonados destacan especialmente el que cubre el amplio espacio del Salón de Embajadores. Otros recintos del Alcázar tuvieron peor suerte, como el desdichado proceso de transformación del delicioso Patio de las Muñecas, que se encuentra muy modificado por restauraciones del siglo XIX que hicieron desaparecer su primitivo encanto. No obstante, se conservaron las columnas y capiteles antiguos, que mantienen parte de la original impronta de dicho patio. Magníficas aportaciones renacentistas enriquecieron el acervo artístico del Alcázar sevillano, como el admirable altar de azulejos realizado en 1504 por Francisco Niculoso Pisano y que se encuentra en el oratorio de los Reyes Católicos o el retablo pictórico que se conserva en el Cuarto del Almirante, dedicado a la Virgen de los Navegantes. Este retablo procede de la Casa de Contratación y fue realizado por Alejo Fernández en 1536. El esplendor renacentista brilla también en los llamados Salones de Carlos V, que están precedidos por una monumental entrada realizado por el arquitecto van der Borch después del terremoto que sufrió Sevilla en 1755. En este pórtico se refleja ya el gusto clasicista que sucedió a la estética barroca a partir de mediados del siglo XVIII. En los salones interiores se guardan magníficas colecciones de tapices que narran la conquista de Túnez por Carlos V y que fueron realizadas en el siglo XVIII siguiendo el gusto flamenco. Estos tapices se acomodan perfectamente sobre excelentes zócalos de azulejos realizados por Cristóbal de Augusta a mediados del siglo XVI. Los monarcas Borbones, en el siglo XIX, dejaron también una fuerte impronta en el Alcázar acomodando espacios en la planta alta del edificio, donde antiguas estancias fueron reformadas y realzadas por decoraciones decimonónicas con tapices, lámparas de cristal de la Granja, relojes, muebles y una notable colección de pinturas. Finalmente, hay que señalar la importante transformación de los jardines a partir del renacimiento con la creación de nuevas fuentes y estanques, pabellones, portadas y galerías. Los parterres han sido permanentemente remodelados y, hasta mediados del siglo XIX, mejorados con importantes innovaciones que hacen de este ambiente ajardinado uno de los espacios más hermosos y bellos de España.
883 yerel halk öneriyor
Alcázar
s/n Patio de Banderas
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El conjunto del Real Alcázar de Sevilla tiene su origen en la evolución que la antigua Hispalis romana, la Spali de tiempo de los godos, experimentó durante la Alta Edad Media, cuando la ciudad pasó a denominarse Ixbilia. Y más concretamente a comienzos del siglo X, en el momento en que el Califa de Córdoba Abderrahmán III an-Násir ordenó, en el 913, el levantamiento de un nuevo recinto de gobierno, la Dar al-Imara, en el flanco meridional de la ciudad, según los testimonios más fidedignos. Antes la sede del poder omeya de al-Andalus estuvo dentro del espacio de la ciudad bajo-imperial romana, no lejos de la mezquita aljama hispalense, localizada en la actual Colegiata del Salvador. El espacio de poder más característico de Sevilla se encontró ya ligado al puerto de la ciudad, la sede más relevante de su actividad económica. El antiguo puerto de la ciudad, en los terrenos de la actual Plaza del Triunfo, la Explanada de los Banu Jaldún se llamaba entonces, fue desplazándose en dirección oeste hasta el curso principal del Guadalquivir, mientras el brazo secundario que discurría desde la actual Alameda de Hércules, atravesando por la calle Tetuán hasta la Plaza Nueva, desaparecía como vía fluvial del espacio urbano. Menos en los momentos en que las crecidas le devolvían su espacio. Al palacio de gobierno Omeya del siglo X se añadiría posteriormente el Alcázar Nuevo de los abbadíes, los gobernantes de Sevilla y su entorno durante el siglo X. Este Palacio de al-Mubarak, el Bendito, fue ya el centro de la vida oficial y literaria de la ciudad, con los poetas, como el soberano al-Mutamid, que sentaron las bases de otras actividades humanas, y sus leyendas que forman hoy parte de la historia de Sevilla. Posteriormente los almorávides cerrarían el espacio de gobierno extendiéndolo hasta el Guadalquivir. Los almohades, en el siglo XII, completarían las obras de época árabe con otras edificaciones de las que todavía nos quedan restos que constituyen una muestra única en el mundo. La Casa de la Contratación por ejemplo. La conquista castellana del territorio en 1248-49 dotó al Real Alcázar de la condición que permanece hasta nuestros días: sede de la Corona y ámbito del poder municipal de la ciudad. Se levantaron entonces, sobre las bases anteriores, en una integración histórica de culturas que forma parte de la misma esencia de Sevilla, palacios como el Gótico, en el que Alfonso X plasma las concepciones del nuevo marco cultural en el que se ha integrado la ciudad. El Palacio Mudéjar de Pedro I, a mitad del siglo XIV, hace aparecer de nuevo antiguas concepciones mediterráneas en versión árabe, cuando al-Andalus ya era una entidad dominada por la Corona de Castilla A este marco arquitectónico tienen que añadirse los elementos que dan vida al Real Alcázar de Sevilla en cada momento: los nuevos usos de los espacios, los jardines, el agua que aparece por todos los rincones, en una especie de compensación al Guadalquivir al que se le fue quitando el espacio. Y los colectivos y personas que le dieron vida a edificios y construcciones en cada momento y que poblaron el aire que todavía sigue fluyendo desde la Puerta del León a la de la Alcoba, sobre el arroyo Tagarete, oculto hoy en el paisaje que vio nacer el actual Real Alcázar hace once siglos. Desde comienzos de la Edad Moderna, la constante vinculación del Alcázar sevillano con la corona de España se constata en continuas transformaciones del edificio que intentaron acomodar su interior al gusto de los nuevos tiempos. Así, se reformó el piso alto del Patio de las Doncellas, que adquirió una fisonomía renacentista de gusto italiano. También se renovaron sus yeserías y se modificaron los arcos de la galería inferior. Igualmente, se construyeron a lo largo del siglo XVI espléndidos artesonados que aún mantenían la estética mudéjar y que no traicionan al primigenio espíritu del edificio; entre estos artesonados destacan especialmente el que cubre el amplio espacio del Salón de Embajadores. Otros recintos del Alcázar tuvieron peor suerte, como el desdichado proceso de transformación del delicioso Patio de las Muñecas, que se encuentra muy modificado por restauraciones del siglo XIX que hicieron desaparecer su primitivo encanto. No obstante, se conservaron las columnas y capiteles antiguos, que mantienen parte de la original impronta de dicho patio. Magníficas aportaciones renacentistas enriquecieron el acervo artístico del Alcázar sevillano, como el admirable altar de azulejos realizado en 1504 por Francisco Niculoso Pisano y que se encuentra en el oratorio de los Reyes Católicos o el retablo pictórico que se conserva en el Cuarto del Almirante, dedicado a la Virgen de los Navegantes. Este retablo procede de la Casa de Contratación y fue realizado por Alejo Fernández en 1536. El esplendor renacentista brilla también en los llamados Salones de Carlos V, que están precedidos por una monumental entrada realizado por el arquitecto van der Borch después del terremoto que sufrió Sevilla en 1755. En este pórtico se refleja ya el gusto clasicista que sucedió a la estética barroca a partir de mediados del siglo XVIII. En los salones interiores se guardan magníficas colecciones de tapices que narran la conquista de Túnez por Carlos V y que fueron realizadas en el siglo XVIII siguiendo el gusto flamenco. Estos tapices se acomodan perfectamente sobre excelentes zócalos de azulejos realizados por Cristóbal de Augusta a mediados del siglo XVI. Los monarcas Borbones, en el siglo XIX, dejaron también una fuerte impronta en el Alcázar acomodando espacios en la planta alta del edificio, donde antiguas estancias fueron reformadas y realzadas por decoraciones decimonónicas con tapices, lámparas de cristal de la Granja, relojes, muebles y una notable colección de pinturas. Finalmente, hay que señalar la importante transformación de los jardines a partir del renacimiento con la creación de nuevas fuentes y estanques, pabellones, portadas y galerías. Los parterres han sido permanentemente remodelados y, hasta mediados del siglo XIX, mejorados con importantes innovaciones que hacen de este ambiente ajardinado uno de los espacios más hermosos y bellos de España.

Ocio

Escuela de flamenco, para cante y baile.
Cristina Heeren Foundation
76 C. Pureza
Escuela de flamenco, para cante y baile.
Buen lugar para tomar una copa en pleno centro de Sevilla
21 yerel halk öneriyor
Lobby Room
23 C. Reyes Católicos
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Buen lugar para tomar una copa en pleno centro de Sevilla
Si quieres ver una corrida de toros en Sevilla, no dudes en visitar la Maestranza.
347 yerel halk öneriyor
Sevilla Boğa Güreşi Alanı
12 P.º de Cristóbal Colón
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Si quieres ver una corrida de toros en Sevilla, no dudes en visitar la Maestranza.
Campo de fútbol del Real Betis Balompie
32 yerel halk öneriyor
Benito Villamarin Stadyumu
s/n Av de Heliópolis
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Campo de fútbol del Real Betis Balompie
Estadio de fútbol del Sevilla FC
63 yerel halk öneriyor
Ramón Sánchez Pizjuán Stadyumu
s/n C. Sevilla Fútbol Club
63 yerel halk öneriyor
Estadio de fútbol del Sevilla FC
Estadio Olímpico de la Cartuja. Aquí podrás asistir a centenares de eventos deportivos y de ocio (conciertos).
7 yerel halk öneriyor
Estadio La Cartuja de Sevilla
25 sector norte
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Estadio Olímpico de la Cartuja. Aquí podrás asistir a centenares de eventos deportivos y de ocio (conciertos).
Muy recomendable para vivir una experiencia única
7 yerel halk öneriyor
Maquiavelo
Paseo de las Delicias
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Muy recomendable para vivir una experiencia única
Terraza espectacular para tomar un copa
Iguana Terraza
Terraza espectacular para tomar un copa
Una de las mejores discotecas de Sevilla
23 yerel halk öneriyor
Antique Theatro
s/n C. Matemáticos Rey Pastor y Castro
23 yerel halk öneriyor
Una de las mejores discotecas de Sevilla
Ven a disfrutar con familiares y amigos de uno de los mejores parques de España
207 yerel halk öneriyor
Isla Mágica
207 yerel halk öneriyor
Ven a disfrutar con familiares y amigos de uno de los mejores parques de España
Parque acuático de Sevilla
18 yerel halk öneriyor
Aquopolis Sevilla
8 Av. del Deporte
18 yerel halk öneriyor
Parque acuático de Sevilla

Flamenco

Es uno de los lugares donde podrás escuchar el mejor flamenco de Sevilla.
8 yerel halk öneriyor
Tablao Alvarez Quintero
48 C. Álvarez Quintero
8 yerel halk öneriyor
Es uno de los lugares donde podrás escuchar el mejor flamenco de Sevilla.
Increíble lugar para escuchar flamenco.
56 yerel halk öneriyor
Tablao Flamenco El Arenal
7 C. Rodo
56 yerel halk öneriyor
Increíble lugar para escuchar flamenco.
En pleno centro de Triana podrás disfrutar del mejor flamenco
15 yerel halk öneriyor
Tablao Flamenco "Orillas de Triana"
94 C. Castilla
15 yerel halk öneriyor
En pleno centro de Triana podrás disfrutar del mejor flamenco
Flamenco en estado puro.
Teatro Flamenco Triana
76 C. Pureza
Flamenco en estado puro.

Parking Público

Muy cerca para los viajes que se alojan en el apartamento del Corazónde Triana en Calle Castilla.
6 yerel halk öneriyor
Aussa
s/n Pl. del Altozano
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Muy cerca para los viajes que se alojan en el apartamento del Corazónde Triana en Calle Castilla.

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Real Alcázar de Sevilla

El conjunto del Real Alcázar de Sevilla tiene su origen en la evolución que la antigua Hispalis romana, la Spali de tiempo de los godos, experimentó durante la Alta Edad Media, cuando la ciudad pasó a denominarse Ixbilia. Y más concretamente a comienzos del siglo X, en el momento en que el Califa de Córdoba Abderrahmán III an-Násir ordenó, en el 913, el levantamiento de un nuevo recinto de gobierno, la Dar al-Imara, en el flanco meridional de la ciudad, según los testimonios más fidedignos. Antes la sede del poder omeya de al-Andalus estuvo dentro del espacio de la ciudad bajo-imperial romana.